Científicos reportaron un fósil de 93 millones de años de antigüedad de un inusual tiburón al que apodaron “tiburón águila”, por sus aletas largas y delgadas que recuerdan a las mantarrayas, según reportó el Géosciences-Rennes (CNRS) este 18 de marzo.
Aquilolamna milarcae nadó durante principios del Cretácico superior en lo que ahora es el Golfo de México.
El hocico de este tiburón “alado” es pequeño y se estima que sus dientes también lo son, adaptados para filtrar, por lo que se cree que se alimentaba de plancton.
Los científicos han identificado solo una categoría de grandes alimentadores de plancton en los mares del Cretácico hasta ahora: un grupo de grandes peces óseos (pachycormidae), que ahora está extinto.
Gracias a este descubrimiento, ahora saben que un segundo grupo de comeplancton, los tiburones águila, también estuvo presente en los océanos del Cretácico.
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Hasta ahora se conocía a una sola familia de peces con hueso que tenían esa misma dieta, pero gracias a este descubrimiento ahora se sabe que hay una segunda familia con peces de este tipo.
El “vuelo submarino” surgió de manera independiente en dos grupos distintos
Como las mantarrayas, que surgieron 30 millones de años después, estos “tiburones águila” se caracterizan por tener aletas pectorales extremadamente largas y delgadas que recuerdan a las alas. El ejemplar estudiado tenía 1.65 metros de largo y 1.90 metros de distancia entre las puntas de sus aletas (envergadura).
Aquilolamna milarcae tenía una aleta caudal con un lóbulo superior bien desarrollado, típico de la mayoría de los tiburones pelágicos (que viven en zonas alejadas de la costa), como el tiburón ballena y el tiburón tigre.
Así, explicó el CNRS, sus características anatómicas le confieren un aspecto quimérico que combina tiburones y rayas. La quimera es una criatura de la mitología griega que combina partes de tres animales: cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de dragón.
Las largas y delgadas aletas del tiburón águila recién descubiertas “representan una experimentación evolutiva inesperada con el vuelo submarino entre tiburones, más de 30 millones de años antes del surgimiento de las mantarrayas y las rayas diablo, y muestra que las aletas pectorales en forma de alas han evolucionado de forma independiente en dos grupos distintos”, explicó el estudio publicado en Science el 19 de marzo.
Los tiburones modernos ocupan ecosistemas marinos en todo el mundo pero muestran muy poca diversidad morfológica, siendo en su mayoría depredadores. El tiburón águila demuestra que en el pasado de los tiburones hubo más variedad.
El fósil fue encontrado en 2012 en Vallecillo, en México.
Crédito de imagen de portada: Oscar Sanisidro.
Fuentes:
CNRS: https://bit.ly/313XuPl
Science: http://bit.ly/3ccbH38